TODO REVOLUCIONARIO, QUE FUÉ OBLIGADO A SERLO, POR EL EXTRAÑO SISTEMA DE VIDA, SALIDO DEL ORO, TIENE GANADO EL REINO DE LOS CIELOS; PORQUE SU PREMIO ABARCA A TODA LA HUMANIDAD; A UN REVOLUCIONARIO, QUE LUCHÓ BUSCANDO LA IGUALDAD, EN LA PRUEBA DE LA VIDA, LE CORRESPONDE UN PUNTITO DE LUZ, POR CADA PORO DE CARNE, DE CADA CRIATURA DE SU GENERACIÓN; SU NÚMERO ESCAPA AL CÁLCULO HUMANO; ESTE INFINITO PREMIO SE DEBE, A QUE TODO REVOLUCIONARIO, IMITÓ AUNQUE EN FORMA IMPERFECTA, A LA DIVINA IGUALDAD, ENSEÑADA POR EL PADRE, EN SU DIVINO EVANGELIO; QUIEN IMITA AUNQUE SEA EN FORMA IMPERFECTA, A LA DIVINA IGUALDAD, SALIDA DEL PADRE, ES INFINITAMENTE PREMIADO POR EL PADRE; POR MICROSCÓPICA QUE SEA LA IMITACIÓN; TODO PREMIO SALIDO DE ÉL, ES INFINITO.-

Sí Hijito; toda Revolución tiene una causa de orígen; las revoluciones de la Tierra, siempre en toda época, han tenido que luchar, contra seres que siempre se aferraron en la fuerza; los primeros en emplear la fuerza, en la prueba de la vida, fueron los más acomplejados al oro; fueron los que crearon el extraño sistema de vida, salido de las leyes del oro; la perpetuidad del dolor y la injusticia en este mundo, salió de los que más se ilusionaron con el oro; por los ojos, entró la tragedia humana; porque si la criatura no tuviese ojos, el llamado capitalismo no exsistiría; de verdad os digo, que todo el que ambicionó oro, contribuyó con su ambición, a perpetuar el dolor, el sufrimiento y la injusticia, en todas las épocas de la Tierra; su número está inscrito en las divinas Escrituras del Padre; pidieron ser los elegidos, y resultaron ser los últimos en la prueba de la vida; los revolucionarios y los humildes, son los primeros ante el Padre; el mundo salido del cálculo al oro, no supieron distinguir la verdadera humildad, de la extraña humildad, salida de los que estaban influenciados, por la extraña psicología del oro; hay muchas clases de humildad; toda virtud del espíritu, constituye infinitas jerarquías; infinitos grados en la propia sensación del pensar; de verdad os digo, que la humildad de un rico ó de un cómodo, que fueron indiferentes a las revoluciones, que ellos mismos pidieron conocer, como experiencia, no es la primera humildad, en el Reino de los Cielos; porque esta extraña humildad, se divide por la riqueza, que ni el rico pidió vivirla; todo rico pidió saber en conocimiento, que era la riqueza en el lejano planeta Tierra; todo lo imaginable se pidió al Padre; lo que los ricos no pidieron, fué el de dejarse influenciar por la riqueza; porque una cosa, es pedir conocer una cosa, y otra cosa, es dejarse influenciar por la cosa; los espíritus de los ricos, tenían esta prueba; de ellos, dependía el oponer resistencia mental, a la extraña sensación, de ser ricos; porque todos los espíritus que han pasado por este mundo, todos sabían que la riqueza, no exsiste en el Reino de los Cielos; porque en la gloria del Padre, no se conoce ninguna clase de complejo; el querer poseer más que otro, se considera un complejo en el Reino de los Cielos; ningún acomplejado, a vuelto a entrar al Reino del Padre; porque es más fácil, que pase un camello por el ojo de una aguja, a que un rico entre al Reino de los Cielos; esta divina parábola, enseña que ningún rico, de ninguna época, a vuelto a entrar a su lugar de orígen; ni ninguno entrará; y demuestra también, cuan rigurosa es la divina justicia; esta divina parábola, es una advertencia para todo el que poseyó; más que los demás; no es advertencia, para los pobres; porque todo pobre, respetó la divina igualdad, enseñada por el Padre; de hecho, quien conoció el sufrimiento, en la prueba de la vida, reclamó igualdad; las revoluciones las creó el extraño sistema de vida, salido del oro; las revoluciones no las crearon los pobres; aunque los pobres y los sufridos, hayan participado en ellas; porque fueron obligados a tomar tal camino; porque el divino mandato que pidieron al Padre, de vivir la divina igualdad, en el lejano planeta, está escrito en sus destinos; todo espíritu que pidió venir a la Tierra, trae en sí mismo, el sello de la igualdad del Padre; exsiste en los espíritus, en virtud de sus libres albedríos, la tendencia natural, de imitar en lejanos mundos, la misma igualdad que vieron en el Reino de los Cielos; el divino término: Lo de arriba es igual a lo de abajo, lo llevan los mismos espíritus, a sus moradas planetarias; he aquí que ningún rico quedará en este mundo; porque tan extraña forma de vivir, no lleva el sello de la eternidad del Padre; es extraño y desconocido, en los divinos mandatos del Padre; todo lo extraño a lo escrito en el Reino de los Cielos, es efímero y vuelve al polvo del olvido; todo rico y toda nación rica, salida del extraño y desconocido sistema de vida del oro, quedarán en la más grande pobreza; he aquí el llorar y crujir de dientes, de los que se tomaron el extraño libertinaje de poseer más, de lo que le prometieron al Padre; he aquí la caída de este mundo; una caída que tomó la extraña forma, de un extraño sistema de vida; una caída, con una extraña ilusión al oro; el más terrible complejo del espíritu; porque por culpa de este complejo, los espíritus que sufrieron su influencia, no entran al Reino de los Cielos; porque lo prometido al Padre, se dividió; nada dividido vuelve a entrar al Reino de los Cielos; he aquí la invisibilidad, es el sello de todo pedido de vida, hecho al Padre; este sello es el Alfa y la Omega, de todas las formas de vidas del universo; porque nadie es desheredado; los revolucionarios piden al Padre, hacer avanzar hacia su divina igualdad, extraños y desconocidos sistemas de vida, acaecidos en lejanos planetas; todo revolucionario es un profeta en el Reino de los Cielos; como de todo hay en el rebaño del Padre, es que hay profetas bíblicos y nó bíblicos; sea cual sea la forma de pedir, del libre albedrío del espíritu, todo queda escrito en el Reino; los profetas bíblicos, pidieron al Padre, divinas alianzas con la divina intelectualidad, de su divino Evangelio; los profetas no bíblicos, pidieron divinas alianzas, con las experiencias salidas, del propio extraño sistema de vida; de verdad os digo, que todo el que trata de mejorar lo malo, salido de otros, grande es en el Reino de los Cielos; porque su puntaje sale del número de poros de carne, de todos los que se beneficiaron, con su mejora; los revolucionarios poseen un puntaje planetario; que los hace, primero entre los primeros; y siendo ellos los primeros ante el divino Padre, es que primero serán ellos, en resucitar de entre los muertos; de verdad os digo, que todo asesinado en forma oculta, serán los primeros, que se levantarán del polvo; porque todo lo que fué hecho oculto, se volverá hacer a la luz del día; la bestia estará espantada y llena de pavor; porque todo el planeta, presenciará todos sus crímenes, en la fabulosa television solar; gigantesca television salida de la misma atmósfera del planeta; una televisión de colores, como jamás vió ni verá el mundo; porque todos pedísteis al Padre, el Juicio Universal; en que nada se ocultara; y el divino Padre, hace cumplir vuestro pedido; he aquí que este juicio divino, será recordado por las generaciones del futuro, como el terrible Juicio del Padre Jehova; la Era del llorar y crujir de dientes, le llamarán; todas las escenas del divino juicio, quedarán a perpetuidad, para enseñanzas, de los futuros espíritus, que pedirán llegado el instante, conocer alguna forma de vida; todos querrán imitar a profetas y revolucionarios; porque la mayor fascinación que siente todo espíritu, es tratar de agradar e imitar al Padre, aunque sea en forma microscópica; las revoluciones siempre triunfan; porque llevan el sello de lucha, de sudor de frente, salido por divino mandato, del Padre Jehova; su divina sentencia que dijo: Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, incluía toda forma imaginable de lucha; e infinitamente mayor y justificable, cuando se le impuso a la criatura, un extraño sistema de vida, que ni ella misma pidió en el Reino de los Cielos; porque nadie pidió al Creador de la vida, ni explotar ni ser explotado; porque tal pedido, no tiene sentido en el perfeccionamiento del espíritu; en ninguna forma imaginable se pidió; y como nadie lo pidió, es que tal injusticia desaparece de este mundo; de raíz será arrancada de la evolución humana; de verdad os digo, que el extraño sistema del oro, atrazó a la evolución humana, en veinte siglos; porque las criaturas conocieron una extraña moral; que instante por instante, segundo por segundo, la fué alejando más y más, del Reino de los Cielos; infinitos genios de la sabiduría y la ciencia, se han negado nacer en este planeta; porque teniendo libre albedrío, se cuidan de ir a mundos, en donde se violó la ley del Padre; porque temen contagiarse, y no volver a entrar al Reino de los Cielos; he aquí que este atraso planetario, lo pagan los que crearon el extraño sistema de vida, salido de las leyes del oro; porque este mundo, estaba destinado a ser un mundo-paraíso; porque así lo quería la elevadísima moral viviente, que todos los espíritus humanos pidieron; cada cual pidió lo suyo, para que fuera vivido en la más grande felicidad, que la mente pueda imaginar; la más grande ilusión de toda inocencia humana, fué poder brindarle a su Padre Jehova, un desconocido mundo, convertido a ley de mundo-paraíso; porque si bién sabíais vuestro destino, hasta en lo más mínimo, de lo que os sucedería en la prueba de la vida, no sabíais el resultado de vuestra prueba de vida; porque no hay prueba, que no tenga una incertidumbre; por algo se llama prueba; de verdad os digo, que vuestra prueba de vida, debió haber tenido otro destino; un destino en que no estuviera incluído un juicio; a nadie agrada el ser juzjado; ni al Padre le agrada, participar en divinos juicios; el divino Padre es el primero en sentirlo; porque Él desea lo mejor para sus creaciones; sí el divino juicio se os adelantó, fué porque el Padre, que sabe todas las cosas, antes que estas ocurran, vió en lo futuro, vuestra caída; vió el extraño desvío, que os darían en vuestra moral, los acomplejados al oro; vió el extraño libertinaje, que iría degradando, más y más, la prueba humana, pedida por sus espíritus; vió que la astucia y el poder de la ilusión, entretendrían a millones y millones, de criaturas; alejándolas instante por instante, segundo por segundo, del Reino de los Cielos; vió vuestra futura tragedia; pero nada os dijo; porque respetó vuestro pedido de vida; respetó la prueba de la vida; respetó vuestro olvido del pasado; que vosotros mismos, pedísteis en el Reino de los Cielos; y respetando lo vuestro, es que os dijo: Te ganarás el pan, con el sudor de tu frente; porque el extraño sistema de vida, salido del oro, no os daría la igualdad en la felicidad; vió el sufrimiento impuestos por los hombres, a los hombres; he aquí la divina luz, del porqué la causa de las causas, no lo supísteis antes; porque tenía que cumplirse por ley, pedida por vosotros, y aprobada por el Padre, vuestro tiempo, llamado vida humana; cada vida humana, representa un microscópico tiempo, que conoció un tiempo; el tiempo del planeta; y habiendo tenido vosotros un tiempo, y conocido otro tiempo, os ganáis un tercer y cuarto tiempo; que son el tiempo de vuestro futuro nacer en otro mundo; porque todo espíritu, pide nacer de nuevo, y conocer nuevas formas de vida, por siempre jamás; si el Padre es eterno, sus creaciones, los espíritus, también lo son; pues llevan el divino sello del Padre; y llevando el sello del Padre, son infinitos en sus perfecciones; el que no naciere de nuevo, se detiene en forma voluntaria, en su propia perfección; porque se os enseñó, que de vosotros mismos, sale vuestro cielo; la iniciativa de volver a conocer vida, sale de vosotros mismos; porque libre albedrío tenéis de elegir; de verdad os digo, que quien más número de veces nació, ése es más grande en poder, en el Reino de los Cielos; porque su experiencia es mayor; y todo mayor, tiene más elevada jerarquía, en el mundo de los espíritus; es así que el Hijo Primogénito, es primero, después del Padre, porque a nacido en un número infinito de formas de vida; para llegar a ser el Hijo de Dios, en primogenitura, hay que haber tenido, sudores de frente, en un número tal, que sobrepasa a todo cálculo mental, en cualquier mundo del universo; en los que hubo, hay y habrán; de verdad os digo, que el número de naceres de nuevo, ó de reencarnaciones, que es lo mismo, del Hijo Primogénito, es como el número de granos de arena, que contienen vuestros desiertos del planeta; en que cada grano de arena, representa una exsistencia; sin considerar, los granos de arenas, de los otros desiertos, de los otros planetas del universo; he aquí un poder que volveréis a ver; tal como fué visto en el pasado de vuestro mundo; un poder como jamás vió el mundo, y como jamás volverá a ver; el divino poder de un Padre Solar; de un Primogénito Solar; que venido de las colosales galaxias, del macrocosmo, llamado Reino de los Cielos, llegará a este mundo, brillante como un sol de sabiduría; porque su Rostro, tendrá el brillo de mil soles juntos; he aquí un divino magnetismo viviente; que todo lo transformará; porque el magnetismo de los elementos de la Tierra, estarán subordinados en cambios instantáneos, al divino magnetismo solar; porque reconocen en Él, al magnetismo-Padre; porque lo que es del Padre, es del Hijo; y lo que es del Hijo es del Padre; conservando ambos, sus divinos libres albedríos; porque exsiste entre Padre e Hijo, el comunismo de la carne y del espíritu; todo nacer es carne y espíritu; salidos de una ley común; quien no nació de la ley común, no conoce el amor común; porque todas sus ideas, serían de amor dividido; y sólo satanás divide; el extraño sistema de vida, salido de las leyes del oro, imitó a satanás; satanás dividió a los ángeles del Padre, y los creadores del extraño sistema de vida, salido del oro, le dividieron a sus hijos, de la prueba de la vida; de verdad os digo, que en este mundo, jamás debió haber exsistido la palabra división; ni en lo material ni en lo espíritual; porque toda palabra es viviente delante de Dios; toda palabra se expresa en sus leyes de palabra, delante del Creador, de todas las cosas; porque todo lo inanimado, se transforma en vida, en su divina presencia; se os enseñó que Dios es la vida; hasta la muerte, se expresa delante del Padre, en sus leyes de muerte; el Juicio Final que pedísteis, incluye el todo sobre el todo; incluyendo materia y espíritu; incluye lo animado y lo desanimado; lo que se sintió y no se vió; lo que se vió y se tocó y gustó; el juicio nada deja al azar; porque nadie pidió el azar ó la llamada suerte; lo que llamáis suerte, no tiene destino definido; no es del Reino de los Cielos; nadie pidió la suerte; porque en el Reino de los Cielos, exsisten leyes con destino; de verdad os digo, que todo el que pronunció la extraña palabra suerte, en la prueba de la vida, no entrará al Reino de los Cielos; es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que tomaron en cuenta sus leyes; a que puedan entrar, los que no las tomaron en cuenta, y se confiaron de la suerte; toda ganancia salida de la extraña suerte, no tiene premio; porque no tiene ley escrita en el Reino de los Cielos; ninguno de los que se ganaron la vida, en la prueba de la vida, sacando la suerte a otros, ninguno entrará al Reino de los Cielos; ninguno a entrado jamás; a los que engrandecieron la llamada suerte, se les niega las leyes con destino; quedándoles la salida, de pedir y tener, formas de vida sin destino; lo que equivale, a aventurarse en las tinieblas; he aquí la luz en la médula del mayor escollo, que tuvo la prueba humana; porque el destino fué desvirtuado por la suerte; los que creyeron en un más allá y a la vez creyeron en la suerte, dividieron su premio; porque fué enseñado, que no se puede servir a dos señores; no se puede servir a una verdad, salida de las Escrituras del Padre, si a la vez se está sirviendo un extraño concepto, salido de una extraña forma de vivir; porque de verdad os digo, que vuestro extraño sistema de vida, salido de las leyes del oro, no es del divino Evangelio del Padre; porque ninguno de vosotros, le pidió al Padre, ni ser explotador, ni explotar a nadie; todo cuanto hicísteis y pensásteis en la prueba de la vida, todo absolutamente todo está dividido; vuestra recompensa, no os dá el suficiente puntaje, para entrar al Reino de los Cielos; muchos de vosotros, hicísteis mérito en la prueba de la vida, como para poder entrar al Reino de los Cielos; más, las extrañas costumbres y las extrañas modas, salidas del extraño sistema, salido del oro, dividió y disminuyó vuestro puntaje de luz; esta división no corresponde al divino mandato, salido de vosotros mismos; que dice: Que lo de Dios está por sobre todas las cosas imaginables; esta divina parábola, enseña que en vuestro pedido al Padre, ni una molécula ni una virtud, fué excluída de ella; pedísteis un juicio, que sobrepasaba a todo lo concebido por vosotros, en la prueba de la vida; de verdad os digo, que si los que os dieron, el extraño sistema de vida, que se basó en el oro, os hubieran dado, un sistema de vida basado en el divino Evangelio del Padre, vosotros habríais cumplido el contenido de la divina parábola; vuestro fruto no estaría dividido; porque en el desarrollo de vuestras vidas, siempre en todo instante, os acompañó, una extraña psicología; que en todo instante, segundo por segundo, os fué dividiendo; y os fué alejando más y más, del Reino de los Cielos; en estos mismos instantes, os seguís alejando del Reino; este alejamiento cesa, cuando vosotros ceséis, de pensar en la extraña psicología del oro; cesa justo en el instante preciso; infinito papel juega todo arrepentimiento; porque el arrepentimiento abre nuevas puertas, para nuevas oportunidades; el que no se arrepiente, no dá oportunidad a la oportunidad, para que se acuerde de él; toda iniciativa tiene que salir de sí mismo; porque es un derecho del libre albedrío, el escoger su destino; el arrepentimiento es viviente delante de Dios; y se expresa en sus leyes de arrepentimiento, ante el divino Padre; y defiende ante el Padre, al espíritu arrepentido; cada virtud de vuestro pensar, defiende a todo espíritu, que le cultivó en la prueba de la vida; el que nada cultivó, en la prueba de la vida, a nadie tiene quien le defienda ante el Padre; en última instancia sería el arrepentimiento; la prueba de la vida, consistía en que todo espíritu, cultivaría sensaciones ó virtudes de la luz; el escollo era la constante presencia de las tinieblas; a la que había que oponerle una resistencia mental; quien no opuso resistencia al mal, fué débil de espíritu para enfrentar el mal; y el mal, estaba en el propio sistema de vida, salido del oro; las malas costumbres, se hicieron hábito; y fueron desarrollados en un grado tal, que se miraron en la moral diaria, como una cosa normal; este fué uno de los triunfos de satanás; logró la ilusión en el vivir diario; toda extraña costumbre, tiene efímero reinado; porque no lleva el sello del Reino de los Cielos; no está escrito en la eternidad; esto significa que satanás, hecho extraño sistema de vida, es derrotado en la prueba de la vida; porque todo lo efímero tiene fin; la caída de satanás, siempre trae consigo dolor y resentimientos; trae consigo llorar y crujir de dientes; trae consigo tragedia; de verdad os digo, hijos del mundo, que si a vosotros, no os hubieran impuesto a la fuerza, el extraño sistema de vida, salido del oro, vosotros no tendríais que enfrentar un juicio; porque otra sería la moral cultivada en la prueba de la vida; de verdad os digo, que el hombre hizo infinitamente más amarga, la prueba de la vida; porque no tomó en cuenta lo de Dios; el que no toma en cuenta, lo del Padre, se vuelve malo; esto ocurre en infinitos mundos, en donde hubo y hay olvido por los divinos mandatos del Padre; de verdad os digo, que todo culpable que hizo de un mundo bueno, porque tal era su destino, a mundo malo, lo paga en el Juicio Final; y los que hicieron malo a este mundo, fueron los espíritus acomplejados al oro; porque no supieron medirse ellos mismos; el control debió de haber salido de ellos; era su prueba; de verdad os digo, que fuísteis gobernados, por acomplejados a la posesión; fuísteis gobernados, por lo más atrasado de la evolución humana; que siempre en todo instante, estuvieron equivocados; tan equivocados estaban, que ninguno de vosotros, volverá a entrar al Reino de los Cielos; mayor equivocación no puede exsistir; mayor tragedia tampoco; porque todo violador a la ley del Padre, arrastra con él en su caída, con todos sus seguidores; es así que los creadores del llamado capitalismo, os hicieron caer también a vosotros; todo imitador cumple la misma ley que cumple el imitado; el llamado capitalismo, nadie lo pidió, en el Reino de los Cielos; porque tal extraña forma de vivir, no se conoce en el Reino; el explotar y el dejarse explotar, son desconocidos en la gloria del Padre; por lo tanto el capitalismo no tiene Dios; nadie le defenderá en el Día del Juicio; maldecido será por vosotros mismos; porque por culpa de esta extraña bestia, nadie entrará al Reino de los Cielos; ella os causa el llorar y crujir de dientes; porque os dividió el premio; y ninguno que se dividió así mismo, vuelve a entrar al Reino de los Cielos; porque nadie pidió dividir lo que era su propia eternidad; la bestia nació del error y caerá con su error; porque jamás nunca, se preocupó de la eternidad; su craso error, fué el de alimentar una extraña moral, que no se eternizaba en sí misma; moral extraña que le dió una fé extraña; y la bestia al tener fé extraña, no tiene una resistencia moral, para enfrentar su propia caída; el sufrido sí que la tiene; es por eso que una cuarta parte de la bestia se suicidará; más, si mil veces se suicidan sus miembros, mil veces son resucitados; porque no escapará ninguno, de los que sumieron al mundo, en el dolor y la tragedia; así como la bestia, fué implacable por cobrar sus malditos impuestos, así se será implacable para con ella; porque el Hijo Primogénito, gobernará con mano de hierro; la bestia estará llena de pavor; porque por primera vez, no podrá mandar a matar, a su rival; como fué y es su extraña costumbre en el mundo; la bestia enloquecerá, cuando vea que todos a los que mandó matar, resucitan de entre los muertos; y junto con ellos, quienes los mataron, y quienes mandaron matar; la bestia será sinónimo de maldición; todo el mundo huirá de ella; como todos huirán de la gran ramera; la que comerció con el mejor postor, en el nombre de Dios; la bestia nunca dejará su orgullo; morirá con él; porque la bestia que conoció el mundo, no es de la luz; la bestia pidió un instante al Padre, para conocer un mundo de la luz; porque la bestia fué también probada; porque todo espíritu es probado en la vida; los últimos miembros de la bestia, perecerán en el fuego solar; fuego magnético salido de los ojos, del Hijo Primogénito; he aquí el fin de la mayor pesadilla que a tenido el mundo; he aquí el fin del yugo del mundo; la más extraña herencia, que haya conocido la evolución humana; la extraña herencia de un grupo de acomplejados, a poseer más de lo que fué enseñado; he aquí el fin de satanás en este mundo; un satanás que tomó la forma de un extraño sistema de vida y se enseñoreó en el; he aquí el fin que tendrá el mundo Alfa, ó mundo del principio; porque la bestia y su extraño reinado, no son más que una molécula, en el tiempo de la Tierra; tan microscópica es la bestia, que nadie se acordará de ella, en el mundo Omega; nuevo mundo-paraíso; la bestia es la continuación de lo primitivo; es parte del olvido del pasado; la bestia al caer, dejará sus rastros en el planeta; que poco a poco, irán desapareciendo; la bestia jamás comprendió y jamás verá, los prodigios del nuevo mundo; porque la ciencia de la bestia, es ciencia microscópica; salida del microcosmo; la nueva ciencia que encabezará el Hijo Primogénito, es Ciencia Solar; ciencia salida del macrocosmo, llamado Reino de los Cielos; la bestia sólo comprenderá que le llegó su fín; porque siempre se preocupó de sí misma; se adoró así misma; fué en vida, su propia esfinge; siempre fingió para sí misma; la bestia antes de desaparecer, quedará en la más grande pobreza; la misma pobreza que hizo vivir a otros, la vivirá ella en carne propia; porque la bestia, adelantándose a su propia caída, en el lejano planeta Tierra, pidió al Padre, ser juzjada por sobre todas las cosas; la bestia pidió ser medida con la misma vara, conque ella mediría a otros, en la prueba de la vida; la bestia pidió ojo por ojo y diente por diente; en su pedido mismo hecho al Padre, la bestia se anuló así misma de este planeta; porque los cálculos de la bestia eran microscópicos; y pidió divina justicia, que era del macrocosmo; he aquí una luz de los que prometieron y no cumplieron; porque la bestia le prometió lo uno y lo otro, al divino Padre Jehova; tal como lo prometieron las dinastías faraónicas, en el principio del mundo; la bestia mayor de la prueba de la vida; porque esta bestia era venida de las lejanas galaxias; era una bestia con otra ciencia y otro poder; nada quedó de la bestia mayor; sólo unos vestigios destinados al polvo; de verdad os digo, que al caer la bestia, vendrá a este mundo una felicidad inaudita; como jamás vieron ojos humanos; es la nueva psicología, una vez caído el yugo; será una alegría en el diario vivir, propia de los niños; porque en este mundo, irán quedando los que sean resucitados a niños de doce años de edad; cuya carne tendrá el divino sello del Cordero de Dios; será carne eterna; carne no perecible; carne que jamás se pudrirá; como ocurrió con los que pidieron ser probados en la vida; los que pidieron ser probados en la vida, pidieron conocer la pudrición en sí mismos, porque no la conocían; todo lo que no se conoce, se pide al Padre, conocer; desconocíais la sensación de la pudrición; he aquí la prolongación de vuestro llorar y crujir de dientes; porque nadie querrá saber de la muerte, sabiendo que en un punto determinado del planeta, se está resucitando a niño; más, sólo serán resucitados, los que creyeron en la ley de la resurrección; los que no creyeron, no serán resucitados; el incrédulo no es premiado en ningún mundo del universo; el divino Padre respeta las creencias, de todos; incluyendo la de los incrédulos; aunque esto para ellos, encierre un inmenso dolor; porque se mandó cultivar la fé por sobre todas las cosas; de verdad os digo, que toda fé se materializa fuera de la Tierra; es así que los que creyeron en su propia resurrección, verán sus sueños realizados; es lo que corresponde al divino término: La fé mueve montañas; porque montañas de poros de carne, que viven en vuestro cuerpo microscópico, serán estremecidas, por el impacto solar, salido del Hijo Primogénito; la divina resurrección de toda carne, será la maravilla suprema del planeta; mares humanos, seguirán por todas partes, al Hijo de Dios; y Él volará sobre las multitudes, que oscurecerán al sol; naciones enteras, abandonarán sus tierras, por ir detrás del Hijo del Hombre; todos sin excepción alguna, sentirán la fascinación de volver a ser un niño; he aquí el llorar y crujir de dientes, de los primeros que viendo los Rollos del Cordero, no creyeron; porque cuando ellos pidan volver a ser niños, no se les creerá; fueron ingratos para con una Revelación, que ellos mismos pidieron; ingratitud también encontrarán; con la misma vara conque midieron a la divina Revelación, con la misma serán ellos medidos; de verdad os digo, que toda sensación de maldad, ocurrida en todo instante, del desarrollo de vuestras vidas, a partir de los doce años de edad, se paga con sensaciones de dolor para el espíritu; en igual grado como ocurrió la sensación de maldad; el divino juicio del Padre es igualitario; he aquí que hay en este mundo, pecadores individuales y pecadores colectivos; en los últimos, están los llamados científicos, salidos del extraño sistema de vida, salido del oro; sobre ellos recae un tercio de culpabilidad, en la creación de armas de destrucción masiva; los dos tercios restantes, lo pagan los llamados militares, surgidos de la extraña fuerza, del extraño sistema de vida, del oro; porque de verdad os digo, que los militares obligaron a los científicos, a crear tan extrañas armas, en que se violaba el divino mandato del Padre; les imponían a todo científico, la extraña obligación del patriotismo; que nadie pidió en el Reino de los Cielos; el extraño patriotismo del extraño sistema de vida, salido del oro, no consideró el divino Mandamiento del Padre, que dice: No matarás; nada de lo que violaba la ley de Dios, fué pedido por nadie; el extraño patriotismo, no es del Reino de los Cielos; y quienes lo practicaron, no entrarán al Reino de Dios; quien prefirió lo de los hombres, en el extraño sistema de vida, salido del oro, no tiene la divina preferencia del Padre; porque este extraño y desconocido sistema no tomó en cuenta para nada, el divino Evangelio del Padre, cuando de su libre albedrío decidió crear sistema de vida; los seres humanos, de la prueba de la vida, olvidaron en todo instante, que hasta su propio sistema de vida, sería juzjado; ¿No se les enseñó a este mundo, que el divino Hacedor, juzjaría todas las cosas? Ciertamente que todas las cosas y sucesos, salidos de la imaginación humana; y entre todas las cosas, salidas del libre albedrío humano, está el propio sistema de vida; quien vivió este extraño sistema de vida, que principió con la ingratitud hacia lo del Padre, no entrará al Reino de los Cielos; ni ninguno que lo vivió, a vuelto a entrar; el que imita a ingratos, es también, acusado en el Reino del Padre, de ingrato; he aquí el llorar y crujir de dientes, de todo un planeta, que conoció la extraña influencia del oro; he aquí la tragedia que causaron los creadores del llamado capitalismo; el más grande yugo del mundo, en su prueba de la vida; un yugo que perpetuó la desigualdad; los demonios del oro, consideraron como una cosa imposible, llegar a la igualdad; porque no se tomaron el trabajo de lograrlo; porque siempre temieron por la posesión conquistada; la extraña ilusión al oro, los transformó en enemigos de Dios; porque iniciaron la persecución de quienes defendían y sostenían, la igualdad en sus ideas; la misma igualdad, enseñada en el divino Evangelio del Padre Jehova.-

ALFA Y OMEGA.- 

Nº 3302.-